LA CATEDRAL DEL CANTE SE RINDE A MAYTE MARTÍN 30 AÑOS DESPUÉS DE QUE GANARA LA LÁMPARA MINERA

La Unión,  de agosto 2017. Han pasado 30 años desde que Mayte Martín ganó con 22 años la Lámpara Minera pero sigue siendo una de las cantaoras más queridas y aclamadas en  La Unión. No hay estilo, ni palo que se le resista a la catalana.

Recibida con una gran ovación y de negro riguroso, acompañada a  la guitarra por Salvador Gutiérrez, comenzó con dos granaínas que dedicó al público de La Unión y dijo sentirse muy emocionada por encontrarse en un lugar “donde me han ocurrido cosas tan bonitas”.

En una fecha tan especial como el 30 aniversario de su triunfo en La Unión, la catalana quiso regalar al público la minera que la hizo ganar la Lámpara, y dedicarla a la cantaora Encarnación Fernández y a toda su familia en un reconocimiento a las personas que la han ayudado a ser quién es.

Aunque la catalana acaba de sacar al mercado su último disco, “Tempo Rubato” un trabajo que recoge canciones compuestas a lo largo de 20 años, hasta La Unión ha venido con un repertorio de flamenco clásico, que ha incluido un “recorrido turístico por solea”, cantiñas y bulerías. El público agradeció con una prolongada ovación la actuación de la cantaora.

Tras la inmensa Mayte, le llegaba el turno a la cantaora Argentina que, acompañada por el guitarrista José Quevedo “Bolita” y los Mellis y Torombo a las palmas. La Onubense también ha sacado este año nuevo disco “La vida del artista” y precisamente ha comenzado con una guajira que da nombre a su disco.

Argentina, gran admiradora de Mayte Martín, ya había confesado haberse enamorado del flamenco escuchando a Mayte Martín. Por eso anoche, aunque era la tercera vez que la onubense se subía a las tablas de la Catedral del Cante, para Argentina era especial “es un lujo, parece que los sueños se cumplen, hay artistas que comienzas a escuchar y de pronto compartes cartel con ellos”.

La cantaora incluyó en su repertorio una mariana, una serrana, una nana por soleá, tarantos, malagueña y abandolaos. Cerró por seguirillas, alegrías y bulerías. 

Fotos: © manu avilés