Foto: Cante Minas
El diestro José María Manzanares ha recibido esta noche en La Unión el Castillete de Oro del Cante de Las Minas.
La Casa del Piñón ha acogido, además, la conferencia del escritor y periodista Antonio Parra "Toros y Flamenco,, dos aventuras del corazón".
La Unión, 2 ago. 2012.- El Festival Internacional
del Cante de las Minas, y por ende, el mundo del flamenco, ha
homenajeado esta noche al conocido torero alicantino José María
Manzanares, a quien ha concedido el Castillete de Oro del
Festival por considerarlo “uno de los máximos exponentes en la difusión
de la cultura española, el mundo de los toros, y por ser un amante de lo
jondo”.
La entrega del Castillete de Oro a Manzanares, que ha
realizado el alcalde de La Unión y presidente del Festival, Francisco
Bernabé, se ha presentado como el primer homenaje del flamenco a un
maestro de la tauromaquia en toda la historia del Cante de las Minas, a
dos géneros, el flamenco y el taurino, que tradicionalmente han estado
vinculados, pero que hoy se han dado la mano.
El diestro alicantino, que no ha podido contener la emoción por el
premio recibido y por no poder torear actualmente debido a una lesión,
ha afirmado que “el flamenco es el motor que me da la fuerza para seguir
toreando, es una filosofía de vida, por eso me hace tanta ilusión este Castillete, para mí sería muy difícil ponerme a entrenar o a soñar una faena sin escuchar flamenco”.
Por su parte, Bernabé ha afirmado que el torero es “un amante del
jondo como pocos, y esta distinción hace justicia”, tras lo cual ha
apelado al orgullo de ser español por amar los toros y el arte jondo,
destacando que Manzanares “está difundiendo la cultura española por todo
el mundo gracias a la tauromaquia, y con ella siempre al flamenco”.
TOROS Y FLAMENCO, DOS AVENTURAS DEL CORAZÓN
Justo antes de la entrega del Castillete de Oro del
Festival, el Salón de Actos de la Casa del Piñón ha acogido la
conferencia “Toros y Flamenco, dos aventuras del corazón”, del escritor y
periodista Antonio Parra, quien ha hecho un breve recorrido histórico
por los orígenes de estos mundos tan relacionados y a la vez tan
distintos que ha hecho las delicias del público asistente.
Así, Parra ha explicado que pese a que el mundo de los toros es
más antiguo que el del flamenco, los aspectos formales de estos dos
ámbitos se consolidaron a finales del siglo XVIII, para después
encontrarse en los ambientes y cafés cantantes de mediados del XIX,
sobre todo de Sevilla, que verían nacer al torero y al flamenco
modernos, como arte y espectáculo a un tiempo.
“El torero es como un héroe moderno, el Cristo moderno que nos
salva a todos de la aventura de la vida, en el sentido de jugarse la
vida”, ha afirmado Antonio Parra, “al igual que el cantaor, que en un
momento de mayor recogimiento, de intimidad, con los amigos, es cuando
se aventura y se arranca, por ejemplo, con una minera”.
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