• Animó a “abrir el corazón de par en par” para disfrutar del Cante de las Minas, un certamen que llevó con sus palabras al origen, recordando su evolución y la puesta en valor de los cantes mineros
• Emocionado, afirmó sentirse “un unionense más” de “apellido flamenco”, en el que definió como uno de los momentos “más bellos” de su vida
• La ‘Gala de Ganadores’ permitió disfrutar de los máximos representantes del toque, el cante, baile e instrumentación flamenca un año después de alzarse con los galardones del Festival
La Unión, 4 de agosto de 2023
Con una luz tan tenue que no dejaba más opción que abrir los oídos para guiarse por su palabra, Gonzalo Wandosell Fernández de Bobadilla salía al escenario de la ‘Catedral del Cante’ sin guión y con un respeto palpable a la tierra de la que se siente propio. No tardó mucho en declarar su amor a La Unión y su gente, presentándose con su “alma unionense incandescente, dispuesto a hablar con los cantes mineros en el corazón”.
Consciente de que podía sentirse en su propia casa, y aunque confesó mostrarse “vulnerable” ante el público, su voz transmitía temple, pues se llevó el pregón a su propio terreno: el de la divulgación, la investigación y la historia. El decano de la Facultad de Economía y Empresa de la UCAM, miembro de la Real Academia Alfonso X El Sabio y Cronista oficial de La Unión, comenzó recordando el origen de su apellido “flamenco” y saludando a todas partes del mundo, consciente de que el Festival y su streaming no tienen fronteras, sin olvidarse de unos agradecimientos en los que incluyó a José Luis Mendoza. Se embarcó en un recorrido histórico sin precedentes en la historia del Festival, desde el origen “impreciso, nebuloso y misterioso” del flamenco hasta su evolución para llegar a La Unión y los cantes mineros; un paseo, que lejos de ser “triunfal”, sufrió “un periodo de desprecio, maltrato y olvido”. “Son cantes vitales, resistentes y supervivientes, porque sus inicios fueron pisoteados por unos y otros”, afirmó; cantes “breves pero grandes, fluidos y recios que embriagan cuando están bien interpretados, por su profunda grandeza trágica y emotiva, siendo sensibilidad y pura poesía”.
Su evolución hasta este festival que les rinde culto empezó
por encontrar cobijo en la calle: tabernas, cafés, ventorrillos, cafés
económicos o locales de venta de vinos y licores que eran “el núcleo vital de
la población” y que fueron perseguidos y posicionados como enemigos por la
prensa, la seguridad y las autoridades, destacando sus aspectos negativos por
el miedo a la rebelión, por su capacidad de ser “expresión popular”. Estos “escenarios
misteriosos de lo jondo” dejaban aparecer ‘el duende’, hasta que se decretó el
cierre de estos locales hacia el 1900. Pero la prohibición no fue suficiente,
pues el pueblo lo consideraba su patrimonio cultural.
Wandosell referenciaba el origen de los cantes de La Unión podría estar un poco antes, en 1841, ya que el periódico semanal ‘El minero’ hacía alusión a “las voces y cantos de los trabajadores de las minas”, que cantaban con sus compañeros, expansionándose más tarde con mayor o menor jondura, encontrando cobijo en la calle, fiestas privadas y espacios de sociabilidad.
Recordaba a su bisabuelo Pío Wandosell, apasionado del flamenco, que reunía en su finca de Huerto Pío a los obreros de su fábrica de fundición para que sonaran, al son de guitarra y violines, cantes mineros, trovos y tarantas, aunque supusiera enfrentarse a las autoridades y normas establecidos.
Un despertar intelectual
El pregonero recibió una placa en agradecimiento por su labor a cargo del presidente de la Fundación Cante de las Minas, Joaquín Zapata, quien aseguró que “este pregón pasará a la historia de los grandes de este festival”. Wandosell acabó emocionado ante la ovación del público.
El ‘volver’ de los ganadores
El baile volvió a cobrar protagonismo de la mano de David
Romero. El catalán, que consiguió alzarse con el ‘Desplate’ en su tercera
participación, interpretó sobre el escenario del Antiguo Mercado Público una
serie de siguiriyas; acompañado, al igual que Irene Lozano, por José Fermín
Fernández al toque, y el quejío de ‘Cheito’ y Rocío Mayoral.
También habrá eventos durante la tarde dentro de la Agenda
Cultural, en el Salón de Actos de la Casa del Piñón. Desde las 20:00h se
entregará la ‘Placa de Oro’ por su trayectoria en el mundo del flamenco a
Carmen Linares. El acto se completará con una entrevista ganadora del ‘Princesa
de Asturias’ de las Artes 2022 a cargo del periodista y escritor Juan Ramón
Lucas. Por último, el ‘duende’ volverá a las madrugadas de La Unión, a cargo de
Irene Lozano y David Romero ‘Desplantes’ 2022, en el entorno de la Plaza Joaquín
Costa.
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